viernes, 17 de junio de 2011

Seis

El veintialgo de junio rendía el segundo parcial de Pensamiento Científico, cuando todavía quería ser médica. En el primero me había sacado un nueve. No podía fallar.

Juan ya estaba que explotaba, su mamá -mi hermana- también. Su gigantipanza no la frenaba, como no la suele frenar casi nada, tan viento, tan huracán, tan Andrea. Y Juan y Andrea y la gigantipanza iban para todos lados, viajaban en tren, salían a comprar las últimas cosas que faltaban.

Yo seguía estudiando, casi siempre de madrugada, como solía hacer cuando trabajaba poquito y a la tarde. Y por esos meses a algún gracioso se le daba por llamar a mi casa a las tres de la mañana, pongamos, y cortar. Ese diecisiete yo estudiaba lógica, Popper, qué se yo. Y al chistoso se le dio por llamar. Sonó el teléfono y, porque sí, pensé en Juan, lo pensé como pude porque todavía no le había visto la cara. "Este pelotudo, cómo va a llamar a esta hora, podría haber sido Andrea". Las predicciones indicaban que Juan iba a abandonar su confortable gigantipanza recién el 25. Pero parece que se aburrió.

A las seis de la mañana vino mi mamá a despertarme. Juan ya era Juan del todo, desde las 5.20 am. Inesperado como fue, Andrea tan Andrea como es, se dejaron el bolso, ese que lleva la gente cuando va a parir. Allá fuimos, nueva abuela, nueva tía y viejo bolso abandonado, a ver al Juan no anfibio.

No eran más de las siete cuando nos conocimos. Un viaje de ida. Durante toda esa semana, -que también era la previa a mi segundo parcial- todo lo que podía hacer, pensar, mirar, era Juan. Las semanas siguientes me pasó lo mismo.

En el segundo parcial de Pensamiento me saqué un tres y me fui a final. En el final me saqué un diez. Después -bastante después- dejé la carrera.

Mi estado de embobamiento tial, no obstante, se mantiene igualito, igualito al del diecisiete de junio de dos mil cinco.

Feliseis años, persona más todo del mundo.

(En un próximo capítulo: "Qué es lo que hace de Juancho un Juancho tan pero tan pero tan genial")


martes, 14 de junio de 2011

Me queda

Tengo todavía muchas cosas
que las camisas y los sellos
no han logrado extirparme
o bien
que las estampillas me ayudan a conservar.

Ganas de levantarme a la mañana
-más bien al mediodía, pero ese es otro tema-
la intención de sonreír y ser amable
porque sí, por qué, si.
Chistes malos
que me causan gracia
comentarios desubicados
silencios, un montón
pensamientos, más o menos unos cuantos
palabras, a veces.
Hambre y sueño
frío y calor
gravedad y levedad
alitas.
Gusto por la -buena- bebida
dolores de resaca
por la -buena- bebida
y por la vida.
Un gato
un chino
y dos duendes
a los que no tengo
porque no son
no pueden ser
ni quiero que sean
dijéramos que "míos"
pero con que sean así
tan de ellos mismos
me alcanza.
Tengo guardadas en mis más adentros
cosas que no aprendí a nombrar.
Tengo tantas pero tantas ganas
de aprender
y tantas pero tantas ganas
de reírme
hasta que me dé tos.

(y un montón de cosas más, tengo
pero ahora
tengo sueño)

sábado, 4 de junio de 2011

Llamado a la solidaridá

Se necesita: URGENTE un donante de espátula.
Para los días en que el uniforme se me queda pegado del lado de adentro.
Tratar aquí.