viernes, 24 de diciembre de 2010

La lú

La ciudad de la furia se pone furiosa porque no tiene luz. Como no hay luz, los vecinos se inventan una de fuego.

"Me bajo en Nazca, por si está cortado por adentro", dije. Si mi vida fuera una serie o cualquier otra cuestión televisada, con edición y efectos de sonido, ahí iba el ruido que indica error. Algo así como... Bueno, ese.

Los sentidos se alteran. Por alguna extraña razón la mente no tanto, al menos no para mal. Después de escuchar a uno diciéndole al policía que había "un grupo de individuos intentando ingresar a una casa", el área cerebral de la paranoia fue bloqueada por un mecanismo que desconozco pero que me gustaría manejar de forma consciente.

Las mismas cinco cuadras, las de siempre, pero completamente a oscuras. A oscuras de luces de mentira, se entiende, mientras el cielo de casi llover después de llover se hace el que es violeta para que no tropecemos con una baldosa. Un copado. También algunos relámpagos al fondo, pero se apagan enseguida.

Sin luz la vida sigue, pasan los recolectores de basura y recolectan la basura. Tres personas paseaban a tres perros. Por separado.

Cuando abre el semáforo que sí anda pasan algunos autos. Temo por la vida del muchacho que pasó en una moto SIN LUCES.

Para allá la nada, para allá tampoco, para allá también.

Cuatro personas solas y dos o tres grupos sentados en sus puerta porque en sus puertas hace menos calor. Por separado.

En mi casa todavía funciona el ventilador.


lunes, 20 de diciembre de 2010

Pequeño detalle

A mi lado hay un hombre que pregunta.

Cuando pregunto yo, los hombres responden mirando al hombre que preguntó antes.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Delicatessen

No, esta foto no tiene nada que ver con lo que sigue

Si de mi dependiera
si se pudiera acaso,
entonces agarraría

sus prejuicios
sus deberes
sus expectativas
sus excelentes
magníficas
fantásticas
excelsas presencias
sus piropos
su "cuidá tu aspecto"
sus estereotipos que enferman
y sus monotipos también
sus cosas de nene
y sus cosas de nena
sus no, o sus nos, o sus noes

y -para hacer honor a la delicadeza que me corresponde
por el sólo hecho de haber nacido mujer-
los haría un rollito
y se los metería en el orto.

Como no es tan fácil, vamos de a poco.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Tengo (un) sueño

La única manera de dormir bien

(y sin fármacos)

es echando a los fantasmas de la cama

domingo, 28 de noviembre de 2010

Have you seen the little piggies?

Si supieras
todo el asco que me das
con tus pantalones de golf
tu remera de adidas
tus zapatos de cuero
tus ray ban originales

hablando de plata plata plata
y mientras pensás en plata
te escandalizás por las caras
que merodean por el centro
sin remera
y duermen en la calle

tratando de evadir impuestos
-vos, no ellos-
acusando a todos de ladrones
de cuervos, de tramposos
de ambiciosos
sobre todo de ambiciosos

vos que armás tu biblioteca
con libros de títulos como
"Venda lo invisible"
que ponés en tu escritorio
el decálogo de la cucaracha
pobre animal, no tiene la culpa

y de fondo de pantalla
más plata plata plata.

Tus pasos largos
me dan asco

y los que me vieron caminar
medio metro detrás tuyo
seguro se dieron cuenta.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Chi lo sa

Tal vez el problema sea que me falta una razón. No LA razón, sino una razón. No cualquiera sino una mía.

Tal vez la búsqueda de esa razón pueda convertirse en razón temporaria, pero con cuidado. Por ese camino el riesgo de terminar dando vueltas en círculos se acrecienta de manera exponencial.

Tal vez mi razón esté enfrente mi cara, tan pero tan cerca que yo creo que no la puedo ver.

martes, 2 de noviembre de 2010

Hoy puede ser un gran día

"¿Sabía usted que nunca más va a ser 2 de noviembre de 2010?"

Pensó por un segundo que se iba a morir siendo empleada administrativa. Lo dijo en voz bajita.
Y lloró con las mismas lágrimas y la misma violencia de cuando a los cuatro años se agarró el dedo con la puerta del auto.


jueves, 28 de octubre de 2010

.


Yo lo vi.
Estaba muerto, pero seguía andando.

martes, 26 de octubre de 2010

Limpia a fondo, sin rayar

"¿Sabía usted que una factura de teléfono puede ser un recuerdo?"

Hay recipientes que están hechos para guardar años. Los míos están en tres cajones. Intentar limpiarlos es acordarme de cosas que suponía olvidadas, para después creer que por tirar mil papeles a la basura voy a olvidarlas de nuevo y, esta vez sí, para siempre. Pareciéndome yo tan corta, tan escasa, queriendo ser tan chiquita, me sorprende que de adentro de los cajones salgan tantos años y asumirlos como propios. ¿Ya pasó todo ese tiempo? ¿Cuándo se pueden tirar los recibos y las cuentas pagas? Están saldadas desde hace mucho. A la bolsa.

Hilos, una piedra y un metal que sumados pesaban algo así como 32 toneladas. ¡Y yo llevaba eso encima! Por suerte adelgacé, y además ahora ya no soy -tan- inocente como entonces. ¿Lo tiro o no lo tiro? Ya pasó -me dice mientras me da palmadas imaginarias en la espalda-, ya pasó. A la bolsa.

miércoles, 20 de octubre de 2010

24

Mejor amiga del mundo 1 firmó contrato de alquiler. Se muda esta semana con su novio.

Mejor amiga del mundo 2 vive sola desde hace un tiempo, y aparentemente antes de fin de año se muda nuevamente. Esta vez, conmigo y con gato.

Mejor madre del mundo tomó la noticia con -dentro de lo esperado- bastante naturalidad. De acuerdo con fuentes de identidad reservada, la esperaba desde que novio se fue a vivir solo. Yo todavía me acuerdo de lo mal que me sentía cuando me iba los viernes a lo de padre y ella se quedaba sola.

De repente se me cae todo sobre la cabeza. ¿Cuándo me volví adulta? ¿Cuándo fue que mis amigas crecieron? ¿Me aterra un poco? ¿Moriré de inanición? ¿Me acordaré de pagar las cuentas? ¿Aprenderé a cocinar? ¿Voy a vivir comiendo arroz?

De repente se me cae todo sobre la cabeza. Vas a cumplir 24 años idiota, no 16.

Claaaaaaaaro, ahora sí.


viernes, 15 de octubre de 2010

Turú

Clac, clac, clac, clac. Zapato, zapato, zapato, zapato. Debajo de la alfombra el piso, debajo del piso está hueco, cada paso retumba, clac, clac, creo que voy a enloquecer.
Turú, llaman para atención al público, turú, todavía me faltan nueve números, piiip, los turnos de la caja, turú. Creo que voy a enloquecer.
¡Olivera!, grita una señora teñida de rubio, piiip, cajas, una viejita sabe que le toca a ella pero desconoce para dónde tiene que ir, turú, apure doña, que cocodrilo que duerme se queda sin que lo atiendan.
No pasó ni una hora desde que tuve ese impulso violento e incendiario, tantos papeles juntos, turú, tantas chicas de tailleur, piiip, se pelean a codazos disimuladamente por un lugar en mesa -turú- de entradas.
Me nacen ganas de ser karateca y patearles la cabeza a todos. Piiip. Después desalojar el edificio, porque no quiero matar a nadie, y poner -turú, turú, turú- un fósforo en una carpeta. Turú, ya casi, decía, ganas de agarrar el expediente más gordo y más cruel y dejarle -piiip- un fósforo encendido encima. Y que se acaben los papeles, los juzgados, los zapatos de -piiip- taco alto. Los tailleurs. El turbio palacio de Tribunales. Creo que voy a -piiip- enloquecer.
Turú. 145. Esa soy yo.

martes, 12 de octubre de 2010

Pluma

Toda la tarde
cantando la misma canción.



En un dado de papel de armar
me dibujarás hoy
allá afuera la montaña se cubrió de barniz

Ya no llueve más, hay olor a flor
y a tierra mojada
me decido a ser pluma en tus manos.

Esperame, nadie sabe
que soy un poco lento
dame aire, que me eleve
y llegue hasta las nubes
tres veces más así, tres veces más así
flotando sobre el jardín.

Dame aire, que me eleve más,
que no pueda volver
por minuto de arena yo subiré

Esperame, nadie sabe
que soy un poco lento
dame aire, que me eleve
y llegue hasta las nubes
tres veces más así, tres veces más así
flotando sobre el jardín
flotando sobre el jardín

martes, 5 de octubre de 2010

Todos mis muertos

Creo, por carecer de evidencia contraria, que no hay nada después de que la gente -o uno mismo, algún día- se muere. Hay un corazón que deja de latir, unas neuronas que ya no sinapsan, rigor mortis, descomposición, queda del finado lo que alimente a la tierra y a los gusanos. Game over.
No creo tampoco en el cielo, el infierno o el purgatorio.
Sin embargo, yo también hablo con mis muertos, incluso con algunos que no conocí, como mi abuelo Alfredo o Cortázar. Les cuento cosas. Les escribo historias. Los sueño de vez en cuando. Mantengo con ellos conversaciones, y a veces los traigo a otras que tengo con los vivos.
Todo esto sabiendo que ya no existen, que son sólo aquello que yo me acuerdo que eran, o ni siquiera eso.

Yo hablo con muertos.
Yo hablo con recuerdos.

sábado, 2 de octubre de 2010

Dos versiones

No.

Hoy te llamé telepáticamente sin quererlo. Sin quererlo ni un poco, de verdad, no me interesa y prefiero no hacerlo. Sin embargo te llamé y apareciste, y al verte volví a darme cuenta de que No, de que me das miedo, pena, un poco de asco. Porque vos lo quisiste así, generás en mí los sentimientos más bajos, más oscuros e hirientes-como vos. Me escapé rápido de tu sombra, como me escapo de los malos recuerdos, de lo que sé que es veneno, de los edificios en peligro de derrumbe.

Sí.

Hoy te llamé telepáticamente sin quererlo. Sin quererlo por esa manía de pretender que puedo sola, con y contra todo y todos. Sin embargo te llamé y apareciste, y al verte volví a darme cuenta de que Sí, de que me das besos, músicas, tanto tanto sol. Porque nosotros lo queremos así, generás en mí los sentimientos más altos, más claros y curativos-como vos. Me costó salirme de tu abrazo, como me cuesta salir de tu cama, de los sueños con gravedad cero, de las canciones que me envuelven y me vuelan.

lunes, 27 de septiembre de 2010


Sudar mares durante 10 minutos porque la computadora se colgó inmediatamente después de terminar de escribir una nota QUE TODAVÍA NO GUARDASTE: no tiene precio.
ESTO CON LAS OLIVETTI NO PASABA.
Bill Gates, o quien carajo seas, andate a la puta madre que te parió.

Yapa: Jey Mammon canta su oda a Facebook.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Un poco soy así porque

Sé leer desde que me acuerdo. Yo también irrité a mi familia leyendo en voz alta y aguda cada puto cartel que veía en la calle. Si en el camino al baño no había una revista, entonces me entretenía con la parte de atrás del desodorante o el shampú. Los shampúes más divertidos de leer -o bueno, los que tienen más texto- son los que prometen hacer milagros con sus cabellos resecos o enrulados o quebradizos, los que salen más caros.
No sé bien cuándo aprendí. Tengo un recuerdo vago, quizás mío, quizás no, con un tinte muy Zezé -si hasta hoy no leyó Mi Planta de Naranja Lima, ¡corra! que la vida es corta. Yo estaba sentada en la escalera del patio de la casa de la abuela Elsa con el diario en la mano. Ese diario era Clarín, claramente. Haydée, una amiga de mi abuela, dijo algo así como mirá esta chica cómo hace que lee, y yo me enojé y le dije que no hacía, que estaba leyendo, y le leí algo -seguro muy importante- que -seguramente- estaría pasando en el país o el mundo. No me acuerdo qué decía, probablemente ni siquiera lo había entendido, pero sí sabía cómo leerlo.
Toda esta perorata de la lectura parece haberse salido de alguna esquina de mi inconsciente cuando me dispuse a leer un rato antes de dormir, pero resulta que tenía tantas ganas de dormir que cerré el libro -Papeles inesperados, del inadjetivable Cortázar- en la misma página en que lo había abierto. Lo chistoso pasó medio milimilimilisegundo antes: al darme cuenta de que no estaba en condiciones de leer, y previo a cerrar el libro, le pedí perdón a Cortázar y le dije que hoy no iba a poder concentrarme lo suficiente, que mejor mañana.
Mientras meditaba sobre lo que había hecho -le había pedido perdón a un escritor muerto por haber cerrado su libro- entendí que lo hacía porque era SU libro.
Yo aprendí a leer con Clarín, pero aprendí a disfrutar de leer con Cortázar.
Los viernes dormía en lo de mi papá, quien -muy en concordancia con su rol- antes de dormir me contaba historias. Una de mis preferidas era la de los piratas, que tenía algún punto de contacto con el lugar donde vivían estos aventureros malechores malvivientes maltratados por los mares: el golf de Mar del Plata*. Pero un día, no sé si a pedido del público o por una decisión tiránica del cuentahistorias, mi papá agarró un libro y leyó. Ese ratito que duró, ese rato que duraron, fue ese lugar común del punto de inflexión. Una rodilla o un codo, una esquina, una vuelta a la manzana. Eso que me leyó fueron las Instrucciones para subir una escalera. De ahí en más, cada vez que fui al baño en lo de mi papá, me acompañaron cronopios y famas. Después crecí, dejé de ir a dormir a su casa, él, como buen zoquete, me prestó el libro a mí, y yo, como buena zoqueta, se lo presté a alguien más. Dónde andarán, cronopio cronopio. Buenas salenas.
Y supongo que el moñito para cerrar este tremendo paquete de galletitas variedad vendría a ser que mañana, justo mañana, mi papá se vuelve a casar.

*El refugio de los piratas es ahí. Se lo juro, me lo dijo mi papá.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Burbujas


Una burbuja sobre las sierras, en algún lugar entre Villa Dolores/Córdoba y Buenos Aires

Una de mis 178 razones

es una cabeza llena de burbujas

que suben con el calor

bajan con el frío
o al revés

se fusionan
chocan
resbalan
se dividen u/o/y multiplican
tienen hijitas burbujas
que serían burbuhijitas

y se encuentran siempre
cuando se apaga la luz

viernes, 10 de septiembre de 2010

Y además está lloviendo

Una tristeza camina, otra se sienta en el piso y una tercera me mira. La que camina me persigue y me alcanza.

En la fila para sacar el pasaje de subte hay una chica con un bebé en brazos pidiendo monedas. Somos varios pero nadie la mira. Los observo uno por uno, estoy última. Una sola señora le da algo de plata, pero tampoco la mira. Yo me propongo mirarla y cuando llega mi turno la veo, le sonrío. Le doy algo de plata, me dice que gracias, ella también sonríe, yo le digo de nada sonriendo. Sigo mi camino pero sin sonreir. La tristeza se instaló a la altura de la boca del éstomago y se expande hacia mi consciencia, yo no sé dónde queda pero ella se ve que sí.

Ya es oficial: estoy triste. Triste porque mi plata, que ahora es suya, no soluciona nada. Triste por que hay gente pidiendo monedas, y porque hay otra gente que piensa que alguien puede disfrutar pidiendo monedas, hacerlo por placer. Triste porque seguí mi camino.

Triste bajo las escaleras. Triste espero que bajen los que bajan para poder subir al vagón. Triste porque son varios los que no pueden esperar que los que bajan bajen y los empujan y se empujan entre sí, no por falta de lugar sino por falta de ¿tiempo?

Triste sigo pensando durante el viaje. Va a llover y pienso en qué triste que es el mundo, con todos nosotros, los que somos nosotros porque viajamos en subte camino del trabajo, la facultad o la casa, ignorando a los ellos que no tienen trabajo, facultad o casa. Triste porque sé que estoy pensando en los ellos, pero no estoy haciendo algo POR ellos: estoy viajando en subte. Triste porque yo pienso en ellos, pero no sé si el resto de nosotros también.

Miro las caras de los otros nosotros. Trato de adivinar si alguno más está pensando en los ellos. Esos dos se están riendo. No. Aquel duerme, quizás piense con los ojos cerrados, pero no, se le está cayendo la baba y la cabeza se le ladea hacia la izquierda. No. El chico de rastas tiene cara triste. Quién sabe, tal vez él piense en los ellos y en lo triste del mundo.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Otra manera - Arte y esperanza

El chaguar, o caraguatá en guaraní, es una planta con largas hojas y muchas espinas que es usada por las mujeres Wichí para realizar sus tradicionales tejidos. La obtención del hilo de chaguar es muy compleja: desde su obtención, para la cual muchas veces son necesarias caminatas de varios kilómetros, hasta el tejido, pasando por la preparación que incluye secado, teñido y retorcido.
Se desprecia muchas veces –casi siempre- el trabajo y la cultura de los pueblos originarios. En un sistema en el que lo importante es la ganancia, hay aquí una pequeña excepción a una de las reglas principales del capitalismo: el que acumula no es el dueño de los medios de producción, sino el que hace de intermediario.
Así, las exquisitas artesanías realizadas por los pueblos indígenas, cargadas de belleza y de un bagaje cultural milenario, son compradas a precios extremadamente bajos y vendidas por los intermediarios a precios muy superiores.
Existe, sin embargo, otra excepción.
Arte y Esperanza es una fundación que se dedica desde hace 24 años a comercializar sin fines de lucro y en el marco del comercio justo artesanías de comunidades originarias. La oferta abunda: ponchos, pulóveres, bufandas, carteras y gorros tejidos en lana o fibras vegetales, aros y collares labrados en plata, fuentes y utensilios tallados en palo santo u otras maderas y piezas de arcilla de infinitas formas y tamaños
“La idea de Arte y Esperanza es garantizar condiciones de vida e intercambio dignas al artesano”, explica Andrés Cottini, del área de comunicación. “Es también un intento por preservar la cultura, para que no se vean obligados a alejarse de sus tierras y de sus costumbres por tener que ir a trabajar en las ciudades”.
Otra de las organizaciones dedicadas al comercio justo es Arte de Pueblos, que reúne a la Fundación Silataj, Fundación Niwok y Asociación Surcos Patagónicos.
Arte y Esperanza y Arte de Pueblos trabajan con cerca de mil familias de artesanos de las comunidades Toba, Pilagá, Diaguita, Wichí, Chané, Kolla, Mbyá-Guaraní y Mapuche.

Arte con tierra, arte con historia

En idioma quechua, Pacha es universo, mundo, tiempo, lugar. Mama significa madre. La Pacha Mama o Pachamama, es la madre del universo, del mundo, del tiempo, del lugar. Cada agosto se la celebra con una ceremonia, y cada día se la celebra con respeto.
Los artesanos de los pueblos originarios extraen las materias primas del medio ambiente, pero sin dañarlo. No desmontan, no deforestan, no saquean ni contaminan.
Cada pueblo realiza trabajos característicos. El Mbayá-Guaraní, de la región litoral y mesopotámica, se destaca en la cestería, utilizando caña de tacuará y cortezas para su teñido. Los tapices y ponchos kollas se tejen con lana de oveja o de llama.
La producción es realizada en grupos familiares, que trabajan de forma manual y con herramientas sencillas. El aprendizaje se realiza mediante la observación y el trabajo. Las artesanías constituyen una forma de transmisión de la cultura de cada pueblo, de su forma de trabajar y de su rica y larga historia.

Quieren quedarse la tierra, los bosques y el mar

“Los pueblos originarios, por su cosmovisión, son bastante contrahegemónicos. No plantean acumulación constante, sino que priorizan el cuidado del medio ambiente, y tienen su territorio, que sin estar delimitado conocen a la perfección. Ese territorio es el que necesitan para vivir. Y es esto lo que se viola de forma repetida: les quieren sacar el territorio”, cuenta Cottini.
La cuestión no es nueva. Uno de los supuestos “hitos” de nuestra historia, la Conquista del Desierto, a cargo de Julio Argentino Roca, consistió en el genocidio de los pueblos mapuche, tehuelche y ranquel para “expandir el territorio”. Tuvo que pasar más de un siglo para que esta matanza fuera denunciada como tal. El historiador, periodista y escritor Osvaldo Bayer, uno de los más fervientes luchadores por la reivindicación de los pueblos originarios, abrió una convocatoria con un lema: “Desmonumentemos a Roca”.
Esta problemática es uno de los temas abordados por Arte y Esperanza en los Talleres de Difusión que realizan en escuelas y universidades.
“Las charlas son dadas por algún referente indígena, puede ser de la comunidad Q’om, de Derqui (provincia de Buenos Aires) o que resida en Capital Federal. Se trata de concientizar, no específicamente sobre comercio justo, sino sobre los derechos vulnerados de los pueblos originarios. Hay muchos chicos que creen que los indígenas son parte de la historia, que no saben que hay actualmente 20 comunidades en todo el país, con más de un millón y medio de personas”.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Otra letra, con otra letra, con una letra

Entonces me dan ganas de dibujar palabras
cortantes
afiladas
puntiagudas
lacerantes
para tirarlas en el piso
y que se te claven en la planta del pie.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Una letra, con otra letra, con otra letra

Escribo palabras vacías: palabras que no le duelen a nadie.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Mamá, ese edificio me está hablando


Apunta, tira y salta. Apunta, tira y pierde. La vida no es todo el día todos los días.
El viaje en 24 desde Villa del Parque hasta el centro a veces se parece a la vida. Cuando duermo, cuando leo, cuando veo por la ventanilla un barrendero dándole migas de pan a las palomas. Cuando un payaso que pasa en bicicleta putea al colectivero, entonces es.
El trabajo tiene momentos, sobre todo en el balcón. Una de las rejillas está tapada y se asoma un brote de algo. Literalmente, un pasto. Un. Yo lo miro con detenimiento, me tiro al piso para poder analizarlo desde mi desconocimiento del mundo vegetal mientras tomo mate. En la terraza de un edificio relleno de oficinas y oficinistas, una soga con ropa que se seca con algo de aire y algo de smog y dos perros que todavía, por suerte o por desgracia, no se enteraron de que existen lugares en los que todo es verde.
Mirar por las ventanas y charlar con los edificios. Cuando los edificios están vivos, entonces todo lo demás también.
Pero son ratos que saltan por encima de otros ratos en los que los edificios no hablan.

(Foto: Uruguay entre Tucumán y Lavalle, vista desde piso 8. Lo desértico se debe a que era día de partido durante el mundial).

lunes, 30 de agosto de 2010

Enemigos íntimos

Me está mirando. Me acosa. Vos -y todos- van a llamarme paranoica pero yo sé que me está mirando. Y no sólo eso: no contento con el contacto visual -que él sabe que yo sé que estamos realizando- el muy maldito me lee la mente.

Sabe de mis batallas de verano contra todo lo que se le parezca. Me considera una asesina. A nivel industrial, sin alma, despiadada.

Mea culpa: pongo particular empeño en matar a sus parientes, congéneres y/o amiguitos. Pero es que se empeñan en arruinarme el día siguiente, no me dejan dormir, me despiertan de madrugada. Dan vueltas alrededor de mi cabeza. Buscan el resquicio, el espacio descubierto y atacan, ellos también, despiadados.

Ese mosquito gigante me está mirando, te digo. Desde el otro lado del vidrio. Yo le clavo los ojos desde mi asiento, no sea cosa de bajarle la mirada a un maldito chupasangre telépata. Lo entiendo todo y cierro la ventanilla.

jueves, 26 de agosto de 2010

Catarsis

¿Y para qué mierda me decís que el sueldo es buenísimo, "bastante superior" al que pedí, si después no me vas a dar el puto trabajo?

domingo, 22 de agosto de 2010

Duda

¿Estás ahí?

Lindo

Bailar y cantar en la calle sin alguien, y que alguien me mire y me escuche.

viernes, 20 de agosto de 2010

Las menos veces


Es, a veces, tan difícil.
Estar más allá de algunas cosas, dejarlas pasar de largo. Verlas llegar y verlas irse, qué difícil cuando yo no estoy más allá.
Dejar que otras me atraviesen, se hagan piel y sangre y lágrimas y huesos, se apoderen de mí entera, de mí toda, y dejarlas ser en mí.
Es difícil si para conseguir trabajo tengo que usar zapatos y decir que me interesan cosas que no podrían interesarme menos.
Olvidar, cómo olvidar ese tatuaje en el cerebro. ¿Cómo deshacerse de ESA neurona? ¿Cómo asesinarla selectivamente?
También intentar recordarlo cada día: no reniegues porque sí, no te niegues porque no. Discutir, aceptar, preguntar, entender. Buscar un lugar sin invadir, pensar mucho pero hacer algo, cada-día-algo.
Mientras tanto la vida, esa cosa que no es una cosa, a veces parece frenarme en cuanto avanzo y empujarme cuando quiero quedarme quieta. O cuando creo que avanzo y creo que quiero quedarme quieta. Para que yo después me dé cuenta de que no es la vida la que -algo-, la vida no actúa porque no tiene cómo.
El pasado y el futuro, hoy, son la nada, la mísmisima nada. Pero qué difícil resulta a veces entenderlo.

Eso sí: el resto de las veces, cuando creo que entiendo o me olvido de que quiero entender, me la paso GE-NIAL.

lunes, 16 de agosto de 2010

Deseo

Cierro los ojos y pienso fuerte en todos los libros que quisiera se materializaran en mi biblioteca.

jueves, 12 de agosto de 2010

Niña

Te recordé.
Pero como esa palabra no me gusta, por seria o por triste, me acordé de vos.
Pero como no es exactamente eso lo que quiero decir, te traje. Te trajo mi inconsciente, mi subconsciente o lo que sea que escriba, dirija y produzca mi filmografía onírica.

En tu aniversario del no te compré un regalo por tu aniversario del sí.

Quizá la última vez que agarré con mi mano tu dedo torcido me traspasaste por ósmosis esa fiesta a la que ibas con él cuando ya estabas en ningún lado. Y bailabas con tu príncipe de uniforme, toda vestida de princesa, de duende o de marciano.

Cuando eras la pequeña Niña verde y transparente.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Festival Eñe América en Montevideo



La revista española Eñe se definió a sí misma como “la revista de un idioma”. En ese plan hispanoparlante el festival del mismo nombre que organiza, cuya primera edición se llevó a cabo el año pasado en Madrid, cruza el océano Atlántico para desembarcar en Montevideo del 4 al 7 de agosto.

Así da comienzo al proyecto de realizar cada año el Festival Eñe América en algún país latinoamericano para sumarlo a la versión española, que este año se realizará también en Madrid los días 12 y 13 de noviembre.

La propuesta del Festival, que se desarrolla con la colaboración de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), es el encuentro entre autores y lectores. Más de 65 escritores, dramaturgos, creadores y músicos de ambos continentes participarán de talleres literarios, debates, lecturas, recitales, proyección de películas, actividades infantiles y firmas de libros.

Con el Centro Cultural de España como epicentro, las actividades se realizarán también en la Casa de los Escritores del Uruguay, el Ministerio de Educación y Cultura, el Punto de Encuentro, los museos Gurevich y Torres García, el Teatro Solís y la librería Puro Verso.

Las conferencias y talleres recorrerán un espectro de temáticas variadas: literatura y cine, teatro, ficción y no ficción, narrativa periodística, lenguaje y nuevas tecnologías, entre otros.

Agustín Fernández Mallo, Vicente Molina Foix, Leila Guerriero, Ricardo Piglia, Iván Thays, Martín Caparrós, Javier Reverte, Yuri Herrera, Washington Cucurto y Rodolfo Fogwill son algunos de los autores que participarán en el Festival.

Programa

Trabajo ideal: 1. Dícese de aquel en el que te pagan por ir a eventos de estas características.

miércoles, 28 de julio de 2010

Antes de dormir y al levantarte

Y después después después de todo
igual podés podés podés ¿ha visto?
Cerrar los ojos y confiar
y dormir.
Y abrir los ojos
seguir confiando
y despertarte.

Y así cada vez que la duda te asalte y se lleve tu billetera.

martes, 27 de julio de 2010

De cuando volví a ser liviana

Hubo un momento en el cual
la no-presencia
la no-merienda
con no-té de durazno
y no-alfajores
la no-canción
la no-llamada
dejó de dolerme el día

Y por suerte
tu no-ausencia
dejó de ensuciar mi sí-descanso

sábado, 24 de julio de 2010

Lo que sea

Pensamiento 1: Lo que no soy ni fui ni hago ni hice
Pensamiento 1 (continuación): Todavía

viernes, 9 de julio de 2010

Yo quería ser mayor

Me desperté a cualquier hora.
Me levanté y me cambié para ir a comprar, pero me interrumpió el vecino de abajo para comentarme que le caía agua en el dormitorio. Okei vecino, ya le arreglo. Corté el agua. “De las tres llaves de la derecha, la diferente”, mi memoria de vez en cuando me cae bien. ¿Alguien en este país tendrá el número del plomero? ¿Los plomeros vienen los feriados? ¿Y los fines de semana?
Fui a comprar, volví y me puse a cocinar. Mientras se hacían los fideos lavé los platos. De fondo se escuchaba la radio.
Comí.
Lavé más platos.
Escuché más radio.
Me puse a leer. Me puse a escribir. Me interrumpió un maullido del gato que venía de un lugar del que no debía venir. Salí a buscarlo a la terraza. Salió el vecino de al lado. Salió la vecina (malhumorada, por el tono de voz) de al lado: “Hizo pis acá el gato”, por acá se refería a la escalera que termina o empieza casi en su puerta. “Cómo sabe que es pis de gato, cómo sabe que el gato es el que tengo bajo tutela y no otro si la terraza tiene las ventanas rotas, ¿le hizo un ADN?”, pensé. “No me voy a pelear con una vecina que ni siquera es mía”, pensé. “Ahora lo limpio”, dije.
Encerré al gato.
Agarré el procenex “Brisa del bosque”, un trapo y limpié la escalera. Muy rico olor a brisa del bosque, se lo recomiendo.
Agarré una cuchara y abrí la heladera.
Me senté en el sillón.
Y entonces tuve 12 años, miré Los Simpson y me comí un Serenito de chocolate y vainilla.

sábado, 3 de julio de 2010

Reflexión

El inconsciente y el colectivo están con todo.

Pensalo.

¿eh?

¿Cómo gritar un verso*
-con vos atravesado en mi garganta-
que no sea asquerosamente
repulsivamente
inconscientemente
sumamente
mente
cursi?


*verso 1.(Del lat. versus).1. m. Palabra o conjunto de palabras sujetas a medida y cadencia*, o solo a cadencia*. U. también en sentido colectivo, por contraposición a prosa. Comedia en verso.

Fuente

*Cadencia: En la próxima entrega.

Mientras tanto

Mientras Clarín Empleos me ofrece trabajo como "Chica", "Costurera" o "Panadera".
Yo no sé (todavía) ser chica, costurera o panadera.
Mientras tanto, la canción del taxi con Marti Arenas.
Mientras tanto, tanta historia golpeando mi cerebro consumido.
Mientras tanto, el inconsciente colectivo.

Mientras tanto, otra vez lo ajeno hablando por mí.

domingo, 27 de junio de 2010

SNM

Estamos muy preocupados ahora

martes, 22 de junio de 2010

¿En qué andás, che?

Busco un trabajo.
Busco un trabajo que no me consuma.
Busco un trabajo que no me consuma el cerebro.

Busco un cerebro.
Busco un cerebro que busque un trabajo.
Busco un cerebro que busque un trabajo que no me consuma.

Busco un cerebro que no se consuma a sí mismo.

jueves, 17 de junio de 2010

Las cosas como son

Liliana Felipe le canta a Augusto Pinochet

lunes, 14 de junio de 2010

Hola, ¿se encuentra dios?

* Dios está ahí, piensa mientras mira por la ventanilla. Afuera todo está oscuro y borroso. Apenas se distingue al costado de la ruta algo de pasto y de vez en cuando un cartel.

* Dios es misericordioso, es amor, y está ahí mirándome, cuidándome, piensa. Se siente abrazado y contenido en medio de la inmensidad.

* Dios es paz, piensa. Y se duerme -en paz- contando ovejitas, las ovejas y el pastor, el señor es mi pastor, el pastor es mi señor.

* Dios debe querer más a mi hermano, alcanza a pensar antes de desvanecerse, cerrando los ojos, menos vivo que el asfalto, parecido a la noche, más pequeñito que el cielo.

martes, 8 de junio de 2010

Pruebas de una socialización exitosa

Suena el teléfono

Secretaria:
-Estudio, buenas tardes...

Señora:
-Buenas tardes, ¿se encuentra el doctor XXXX?

Secretaria quiere contestar:
-Y mire doña, yo no sé si se encuentra, habría que preguntárselo a él. Tal vez cuando se mira al espejo, quién le dice. Yendo a un nivel, llamémosle metafísico, si medita se busca interiormente y quizás el doctor XXXX se encuentre. Ahora, si lo que quiere saber es si está acá, no, NO ESTÁ, salió y dijo que no vuelve nunca más. Pruebe al celular pero no sé si en la selva amazónica hay señal.

Secretaria contesta:
No señora, en este momento NO ESTÁ. Salió un rato, dígame su nombre y su teléfono que le paso el mensaje.

jueves, 3 de junio de 2010

miércoles, 26 de mayo de 2010

Bienvenida

Haga como si estuviera en casa

Una esperanza se hizo una casa y le puso una baldosa que decía: "Bienvenidos los que llegan a este hogar". Un fama se hizo una casa y no le puso mayormente baldosas. Un cronopio se hizo una casa y siguiendo la costumbre puso en el porche diversas baldosas que compró o hizo fabricar. Las baldosas estaban colocadas de manera que se las pudiera leer en orden.
La primera decía: Bienvenidos los que llegan a este hogar.
La segunda decía: La casa es chica, pero el corazón es grande.
La tercera decía: La presencia del huésped es suave como el césped.
La cuarta decía: Somos pobres de verdad, pero no de voluntad.

La quinta decía: Este cartel anula todos los anteriores. Rajá, perro.

Julio Cortázar
Historias de cronopios y de famas