miércoles, 8 de septiembre de 2010

Otra manera - Arte y esperanza

El chaguar, o caraguatá en guaraní, es una planta con largas hojas y muchas espinas que es usada por las mujeres Wichí para realizar sus tradicionales tejidos. La obtención del hilo de chaguar es muy compleja: desde su obtención, para la cual muchas veces son necesarias caminatas de varios kilómetros, hasta el tejido, pasando por la preparación que incluye secado, teñido y retorcido.
Se desprecia muchas veces –casi siempre- el trabajo y la cultura de los pueblos originarios. En un sistema en el que lo importante es la ganancia, hay aquí una pequeña excepción a una de las reglas principales del capitalismo: el que acumula no es el dueño de los medios de producción, sino el que hace de intermediario.
Así, las exquisitas artesanías realizadas por los pueblos indígenas, cargadas de belleza y de un bagaje cultural milenario, son compradas a precios extremadamente bajos y vendidas por los intermediarios a precios muy superiores.
Existe, sin embargo, otra excepción.
Arte y Esperanza es una fundación que se dedica desde hace 24 años a comercializar sin fines de lucro y en el marco del comercio justo artesanías de comunidades originarias. La oferta abunda: ponchos, pulóveres, bufandas, carteras y gorros tejidos en lana o fibras vegetales, aros y collares labrados en plata, fuentes y utensilios tallados en palo santo u otras maderas y piezas de arcilla de infinitas formas y tamaños
“La idea de Arte y Esperanza es garantizar condiciones de vida e intercambio dignas al artesano”, explica Andrés Cottini, del área de comunicación. “Es también un intento por preservar la cultura, para que no se vean obligados a alejarse de sus tierras y de sus costumbres por tener que ir a trabajar en las ciudades”.
Otra de las organizaciones dedicadas al comercio justo es Arte de Pueblos, que reúne a la Fundación Silataj, Fundación Niwok y Asociación Surcos Patagónicos.
Arte y Esperanza y Arte de Pueblos trabajan con cerca de mil familias de artesanos de las comunidades Toba, Pilagá, Diaguita, Wichí, Chané, Kolla, Mbyá-Guaraní y Mapuche.

Arte con tierra, arte con historia

En idioma quechua, Pacha es universo, mundo, tiempo, lugar. Mama significa madre. La Pacha Mama o Pachamama, es la madre del universo, del mundo, del tiempo, del lugar. Cada agosto se la celebra con una ceremonia, y cada día se la celebra con respeto.
Los artesanos de los pueblos originarios extraen las materias primas del medio ambiente, pero sin dañarlo. No desmontan, no deforestan, no saquean ni contaminan.
Cada pueblo realiza trabajos característicos. El Mbayá-Guaraní, de la región litoral y mesopotámica, se destaca en la cestería, utilizando caña de tacuará y cortezas para su teñido. Los tapices y ponchos kollas se tejen con lana de oveja o de llama.
La producción es realizada en grupos familiares, que trabajan de forma manual y con herramientas sencillas. El aprendizaje se realiza mediante la observación y el trabajo. Las artesanías constituyen una forma de transmisión de la cultura de cada pueblo, de su forma de trabajar y de su rica y larga historia.

Quieren quedarse la tierra, los bosques y el mar

“Los pueblos originarios, por su cosmovisión, son bastante contrahegemónicos. No plantean acumulación constante, sino que priorizan el cuidado del medio ambiente, y tienen su territorio, que sin estar delimitado conocen a la perfección. Ese territorio es el que necesitan para vivir. Y es esto lo que se viola de forma repetida: les quieren sacar el territorio”, cuenta Cottini.
La cuestión no es nueva. Uno de los supuestos “hitos” de nuestra historia, la Conquista del Desierto, a cargo de Julio Argentino Roca, consistió en el genocidio de los pueblos mapuche, tehuelche y ranquel para “expandir el territorio”. Tuvo que pasar más de un siglo para que esta matanza fuera denunciada como tal. El historiador, periodista y escritor Osvaldo Bayer, uno de los más fervientes luchadores por la reivindicación de los pueblos originarios, abrió una convocatoria con un lema: “Desmonumentemos a Roca”.
Esta problemática es uno de los temas abordados por Arte y Esperanza en los Talleres de Difusión que realizan en escuelas y universidades.
“Las charlas son dadas por algún referente indígena, puede ser de la comunidad Q’om, de Derqui (provincia de Buenos Aires) o que resida en Capital Federal. Se trata de concientizar, no específicamente sobre comercio justo, sino sobre los derechos vulnerados de los pueblos originarios. Hay muchos chicos que creen que los indígenas son parte de la historia, que no saben que hay actualmente 20 comunidades en todo el país, con más de un millón y medio de personas”.

No hay comentarios: